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Bahía Taberna, ¿recomendable?

  • Foto del escritor: Commemos
    Commemos
  • 13 nov 2018
  • 2 Min. de lectura

Bahía Taberna, posiblemente un sitio no muy conocido, se encuentra en Barajas, Madrid, al que fuimos por recomendación. A la hora de reservar, te dan la posibilidad de reservar en restaurante o en mesas altas. En restaurante, solo te dan opción a pedir un menú corto (2 aperitivos, 4 platos y 1 postre degustación) o un menú largo (2 aperitivos, 5 platos y 2 postres degustación) Reservamos en mesas altas ya que nos recomendaron pedir los fuera de carta.

De aperitivo, nos sirvieron una berenjena en tempura con crema de queso, un aperitivo agradable para abrir el apetito.

De la carta, pedimos la pizza de chipirón por recomendación del camarero. No es exactamente una pizza, si no un pan de focaccia con verduras, crema de sobrasada picante y chipirón acompañado de una mahonesa suave. El pan estaba muy aromatizado y esponjoso, la sobrasada con el punto justo de picante y el chipirón en su punto exacto, una mezcla de sabores interesante y sorprendente.

El resto de platos estaban fuera de la carta. La pizza fue seguida de un taco de corvina frita con mayonesa de wasabi. La mahonesa, aunque fuese de wasabi, no tenía un picor desagradable y se suavizaba con los brotes de guisante que acompañaban el plato, para mí, el mejor plato. Después, nos sirvieron un ceviche de lubina con bimi y huevo de codorniz. Iba acompañado de alga nori, alga wakame y mahonesa de plancton que le daba un intenso sabor a mar sin enmascarar el sabor de la lubina.

Después del mar, pasamos al ravioli de rabo de toro. En realidad no tenía aspecto de ravioli, tenía mas parecido a un canelón enrollado con una pasta crujiente. Lo acompañaban de un puré de coliflor, que suavizaba la intensidad de este plato, y el propio jugo de la cocción del rabo.


Como final, probamos dos postres: la tarta de queso y la torrija. Una tarta de queso fría acompañada de frutas en distintas texturas muy suave y correcta de sabor. La torrija, acompañada de helado de vainilla y aire de limón, un sabor interesante pero, para mi gusto, un poco seca.


El servicio muy correcto y atento, ofreciéndonos un trato impecable. Era mi cumpleaños y, sólo con un comentario de mis acompañantes, tuvieron el detalle de ponerme una vela en el postre para hacer la velada más acogedora.

Por lo tanto, un sitio súper recomendable tanto si vas con amigos como con familia. ¡Volveré seguro! (a ver si esta vez Pati me acompaña)

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